lunes, 4 de agosto de 2025

CÁNDIDA EDAD PRIMERA

    


    "Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos": así reza en el credo católico que muy pronto hube de memorizar para poder recibir la primera Comunión. Como quiera que esta se recibía a los siete u ocho años y la pedagogía de la catequesis  era tan arcaica y obsoleta como la de la escuela de entonces, la tarea consistía en aprenderse uno el catecismo del padre Ripalda de memoria y en rezar las oraciones principales de nuestra tradición, incluido el Credo, antes de poder vestirse de marinerito y recibir la sagrada comunión (en mi caso fue de fraile porque heredé el traje de un primo de Burgos, donde siempre han sido muchísimo más serios y ortodoxos en esto de la Fe). Yo me preguntaba que quién sería aquella Gloria (con mayúscula) tan importante que el propio Dios se traía del más allá para juzgarnos por nuestros actos. Poderosa mujer aquella Gloria, sin duda. 

    Acá otro caso: en el catecismo (colección de preguntas y respuestas compendio de la fe católica) que aprendíamos también por transmisión y machacona repetición oral, rezaba que "Dios creó todas las cosas de la nada". Como quiera que una criaturita de apenas siete años no tiene desarrollado el pensamiento abstracto y para mi la nada no era nada, formé de manera natural una solución que se adaptara a mi capacidad comprensiva del momento: "Dios creó todas las cosas de Granada". Ya se podrán imaginar ustedes las ganas que tenía yo de visitar Granada si Dios había elegido tan hermosa ciudad para crear el resto del Universo entero.


 

domingo, 3 de agosto de 2025

EL CABLE EMPLUMADO





    En la foto no se observa, pero todos están mirando al poniente, con el sol a punto de decir adiós un día más en esta canícula veraniega. Cada atardecer aguardan en el cable antes de ir a dormir quién sabe en qué nido. Es el descanso tras el vuelo incesante, es la contemplación silenciosa previa a la desbandada general, cuando todos inicien el vuelo unánime tras no se sabe qué indicación misteriosa. 
    En la foto no se observa, pero en el cable había más de cincuenta pares de alas cansadas, cumplida su labor diaria de alimentar a los polluelos que en el inicio del otoño retornarán a África.
    Al llegar con mis perros hasta su altura por el camino de la huerta   me echan una ojeada sin inmutarse y en un instante regresan a la contemplación del atardecer o al aseo de sus plumas. 
    Me siento acompañado por esta sangha de vencejos en mi paseo diario y su silencio me motiva para contemplar yo también la soledad de aquel baldío que aguarda reseco la llegada de las primeras lluvias de otoño.
    En la foto no se observa, pero siento que hay un hilo que me une al corazón de estos pajarillos y que su vuelo y su quietud silenciosa tienen mucho que decir en el ajetreo incesante del mundo que hemos construido.



 

martes, 29 de julio de 2025

OJOS DE UN DIOS MENOR

 




    Un día lo descubrí no sé si por azar o como fruto de tantos años de meditación. Dios me estaba mirando a través de los ojos de mis perros. No quedaba otra que rendirse a esa mirada que llega desde un más allá ( o mejor un más acá) imposible de descifrar si miras con tus ojos enturbiados por la prepotencia de un humano que se cree superior al resto de los seres vivos.
    Dios me estaba mirando a través de los ojos de mis perros, de eso no me cabía ninguna duda. Cuando esa mirada se posa en ti no te ves juzgado ni condenado, simplemente te sientes reconocido. Es lo bueno que tiene dios, que te acepta tal y como eres. Uno se empeña en pulir el alma día tras día y resulta que ese dios de ojos grandes no tiene un juicio que lanzarte con su mirada limpia porque te reconoce como si te mirara desde antes de tu nacimiento.
    Dios tiene una mirada así desde el principio de los tiempos, pero la neblina de la nuestra nos impide reconocer el milagro rotundo tras esos ojos de transparencia eterna. 
    Esa mirada me encendió el corazón con una luz diáfana que te desnuda el alma. No son dos perros los que conviven conmigo desde hace trece años, son dos emisarios de lo divino, dos ángeles de cuatro patas, dos compañeros de camino fieles hasta el sacrificio. 
     Pero no siempre estoy tan lúcido como para contemplar a este dios menor. A veces me pierdo en mis dudas, en mi tristeza, en mis pensamientos obsesivos y entonces solo veo un par de ojos normales y corrientes...pero este dios menor es generoso y me viene a visitar de vez en cuando para que recupere la vista y la salud del corazón. Sucede a veces. Hoy ha sido un día de esos.

jueves, 24 de julio de 2025

PESCAÑÍA EN EL RECUERDO


 

        Bajo la argolla estaba su pesebre desaparecido hace tiempo. Lo que se salvó del naufragio de la piqueta antes de la última reforma fue esa argolla donde se sujetaba a Pescañía. La cuadra hoy es salón de la casa, sin más vestigios del pasado que esa argolla superviviente.  Pescañía se ganaba la vida con  la carga de pienso que viajaba diariamente en los serones para repartirse entre los corralitos de gallinas en los soberaos de las casas humildes de El Viso. Mi mujer quiso homenajear a quien fue el ayudante de su padre en el negocio familiar. Ella era muy pequeña entonces y  recordaba  al burrito de un tamaño enorme. Me pidió que le buscara un azulejo que lo inmortalizara y fui a encontrarlo en El Pedroso donde casualmente me encontré con una amiga de la juventud que había abierto allá un taller de cerámica. Antonio el Canijito, que lo conoció bien, dice que el azulejo  es igualito al Pescañía, del que no se conserva ninguna foto. Guadalupe dice que poner ese azulejo en el salón de la casa es una "viseñá" que es como califican los vecinos de Mairena las salidas de tono de los visueños. Pero ya lo dice la palabra vi/bi-sueño: los que sueñan doblemente. En este pueblo el gentilicio tiene contenido onírico.

        Más allá de la anécdota, lo que subyace es el respeto a los animales y el reconocimiento a su contribución a las cargas familiares. De alguna manera Pescañía se ganó el pan y dio de comer con su trabajo a una familia de seis personas; mis suegros y sus cuatro hijos. Cuando las condiciones económicas mejoraron se vendió el burro y se compró una camioneta para el reparto ya que el negocio prosperaba y era difícil llegar con Pescañía a todos los clientes.

        Nunca fue maltratado y se le respetó y cuidó mientras vivió en la casa.  Hasta que un día mi mujer con lágrimas en sus ojos lo vio partir para siempre. Para un niño -que no discrimina entre especies- es dura la separación de un miembro de la familia, aunque este camine sobre cuatro patas.

domingo, 20 de julio de 2025

EL ÁNGEL DE LAS MISIONES PEDAGÓGICAS

 


        Mi cuñada no se da muchas trazas con la fotografía, de ahí que la cara de Saad aparezca sesgada. Es inexperta en fotos y magnífica en el arte de recuperar alumnos desmotivados. Tanto Abdeladin como Saad eran los típicos alumnos que se iban quedado atrasados en su proceso de aprendizaje en la escuela por causas ajenas a su voluntad: un sistema deficiente, una cultura distinta, un español aceptable pero endeble de vocabulario, unos padres huérfanos de recursos... todo ello formando un caldo desabrido difícil de tragar para un par de niños de apenas diez y doce años. El tercero en concordia es Alberto, sobrino de Manolita, mi cuñada. A este último la escuela le resulta un calvario particular. No le gusta en absoluto y de vez en cuando se une al coro magrebí para recibir su ración de sabiduría manuelina. Su cara avinagrada lo dice todo. Para él sería una alegría si un domingo por la tarde le dijeran que su escuela había salido ardiendo. Y en el centro de la mesa, de color amarillo, el chocolate en polvo con el que se endulza la píldora del conocimiento a mitad de la clase diaria junto con unas galletas o un bizcocho.

        Entre lápices, libretas, envoltorios de galletas y vasos a medio terminar se cuela la voz de Manolita entusiasta. Tan entusiasta que ha conseguido inocular el amor por la escuela a ambos hermanos que con sendas mochilas aparecen a diario en la casa para recibir su ración de amor en forma de tema de Lengua o Conocimiento del Medio. El contagio se produjo pronto. Cada día ella viene a estar con la abuela desde las seis de la tarde hasta las nueve y media de la noche. Conoció a ambos hermanos y se dió cuenta de su precaria situación en la escuela. Se ofreció a ayudarles sin compromiso y ellos aceptaron. Ella puso los medios y las normas y ellos la diligencia diaria. El primer examen aprobado se convirtió en una fiesta. Los aprobados se fueron sucediendo hasta el final de curso. Su boletín de notas dice que este curso lo han aprobado todo con buena nota. Manolita está feliz porque siempre que uno se da generosamente hay algo en el Universo que nos lo devuelve el ciento por uno. 

        Ahora que una parte de la sociedad rechaza con odio al extranjero, siento que el ejemplo de Manolita nos señala el buen camino. Cuando das amor estás rompiendo barreras de incomprensión. Cuando das amor sabes que quien se sienta cada día junto a ti para aprender y salir adelante nunca te olvidará porque en un momento fuiste, frente al fracaso, el ángel exterminador de la marginación.

sábado, 19 de julio de 2025

LA COMUNIDAD DE LOS CARACOLES

 

Goza de una inteligencia múltiple que por lo general nos pasa desapercibida. Digo múltiple y quizá debería usar otro término aún no acuñado. Las múltiples caras de la Madre Tierra nos ofrecen una prueba palpable de que algo hay en ella que rige con inteligencia el movimiento de sus especies, sean estas animales, vegetales o minerales. ¿Por qué misteriosa razón estos caracoles caminaron quién sabe desde donde para confluir todos en esta sobrecargada rama del naranjo seco? ¿Qué instinto o inteligencia común  les marcó el camino? ¿Ese abigarrado mundo es una estrategia de supervivencia o más bien obedece a la necesidad que creíamos exclusiva de los mamíferos como seres sociales de vivir en comunidad? Es verdad que tal como muestra la foto, también los hay periféricos, pero son los menos. ¿Qué temperaturas podrán aguantar en el tórrido verano de El Viso? ¿Cómo no fueron a una rama verde del granado cercano o de otro naranjo vivo? Son preguntas que se quedarán sin contestar. 
    Cuando el Buda decidió no levantarse de su meditación hasta tanto no se quebrara el velo que le impedía conocer la verdad última, pasó varios días en absoluto silencio y quietud. A veces, aun estando a la sombra del pipal, el sol caía sobre su cabeza amenazando con una insolación que podría haber acabado con su vida. La Madre Tierra fue generosa con él. Cientos de caracoles se pusieron en marcha y subieron por distintos caminos de su cuerpo hasta juntarse todos en su cuero cabelludo formando un casco que protegió al Buda de la insolación. Esos rizitos que se pueden ver en las cabezas de las estatuas de Buda no son tales. Son la representación y homenaje hacia aquella sabiduría compasiva de la Madre Tierra y sus caracoles que salvaron  al Buda de la muerte.

domingo, 6 de julio de 2025

DIOS ENTRE LOS PUCHEROS

  


  Vino entusiasta, como es ella. Vino con un tomate en la mano. Sus manos aún olían a tomates recién pelados. "Escribe hoy sobre mi y los tomates -me dijo- sobre la maravilla de la pulpa roja que se va deshaciendo entre mis manos. Escribe sobre la maravilla de Dios en los tomates". Y un servidor, complaciente en el amor de esa sonrisa, no pudo hacer otra cosa que ponerse manos a la obra. Y aquí me tenéis, dedicándole estas palabras a Dios en el tomate por deseo de mi mujer.

     Ella disfruta en la cocina, cosa que yo no consigo salvo en la preparación del arroz con verduras. La fuente que emana de ese disfrute es el amor a su familia y a sus allegados. Ella disfruta regalando amor esparcido en unas papas aliñás, en un gazpacho, en una sopa de tomate, en un pisto manchego. Ese amor se transmuta, por una alquimia indescifrable, en el sabor insuperable de sus platos. Nos comemos el amor de Guadalupe cada día en la forma más concreta, orgánica y visceral posible. El amor de Guadalupe pasa inexplicablemente por tus entrañas y te hace agradecer que el tomate sea un dios menor que la vida nos ofrece cada verano.

    Yendo más adentro en la espesura, como diría el santo poeta, se advierte que no es cosa baladí elevar al tomate a la categoría de dios menor. ¿Qué cosa es un tomate sino la conjunción perfecta de una semilla, la tierra, el sol, el agua, el ciclo de la luna y los cuidados del hortelano? ¿Estamos contemplando realmente al tomate como algo individual, separado o como manifestación de lo Uno? ¿No es el tomate una expresión completa de todo el Universo? ¿No está Dios también en los tomates? Es más, ¿no será sino el mismo Dios que toma mil y una formas para enseñarnos -torpes humanos- que está tan, tan cerca de nosotros que ni nosotros somos capaces de verlo?

    La miopía humana se cura con el silencio, con la contemplación. En el silencio se manifiesta la última verdad del tomate. No hay nada en el universo que esté separado del resto. Por eso a Dios no se le escapa ni un pelo que caiga de nuestra cabeza.

    Dentro de un ratito tocará la liturgia de la sopa de tomate que ahora se cuece en el fuego. Ojalá y pueda contemplar cómo Dios se hace tomate a través de las manos de Guadalupe para que sigamos sosteniendo nuestras vidas alimentados por el amor de sus manos divinas.