martes, 29 de julio de 2025
OJOS DE UN DIOS MENOR
jueves, 24 de julio de 2025
PESCAÑÍA EN EL RECUERDO
Bajo la argolla estaba su pesebre desaparecido hace tiempo. Lo que se salvó del naufragio de la piqueta antes de la última reforma fue esa argolla donde se sujetaba a Pescañía. La cuadra hoy es salón de la casa, sin más vestigios del pasado que esa argolla superviviente. Pescañía se ganaba la vida con la carga de pienso que viajaba diariamente en los serones para repartirse entre los corralitos de gallinas en los soberaos de las casas humildes de El Viso. Mi mujer quiso homenajear a quien fue el ayudante de su padre en el negocio familiar. Ella era muy pequeña entonces y recordaba al burrito de un tamaño enorme. Me pidió que le buscara un azulejo que lo inmortalizara y fui a encontrarlo en El Pedroso donde casualmente me encontré con una amiga de la juventud que había abierto allá un taller de cerámica. Antonio el Canijito, que lo conoció bien, dice que el azulejo es igualito al Pescañía, del que no se conserva ninguna foto. Guadalupe dice que poner ese azulejo en el salón de la casa es una "viseñá" que es como califican los vecinos de Mairena las salidas de tono de los visueños. Pero ya lo dice la palabra vi/bi-sueño: los que sueñan doblemente. En este pueblo el gentilicio tiene contenido onírico.
Más allá de la anécdota, lo que subyace es el respeto a los animales y el reconocimiento a su contribución a las cargas familiares. De alguna manera Pescañía se ganó el pan y dio de comer con su trabajo a una familia de seis personas; mis suegros y sus cuatro hijos. Cuando las condiciones económicas mejoraron se vendió el burro y se compró una camioneta para el reparto ya que el negocio prosperaba y era difícil llegar con Pescañía a todos los clientes.
Nunca fue maltratado y se le respetó y cuidó mientras vivió en la casa. Hasta que un día mi mujer con lágrimas en sus ojos lo vio partir para siempre. Para un niño -que no discrimina entre especies- es dura la separación de un miembro de la familia, aunque este camine sobre cuatro patas.
domingo, 20 de julio de 2025
EL ÁNGEL DE LAS MISIONES PEDAGÓGICAS
Mi cuñada no se da muchas trazas con la fotografía, de ahí que la cara de Saad aparezca sesgada. Es inexperta en fotos y magnífica en el arte de recuperar alumnos desmotivados. Tanto Abdeladin como Saad eran los típicos alumnos que se iban quedado atrasados en su proceso de aprendizaje en la escuela por causas ajenas a su voluntad: un sistema deficiente, una cultura distinta, un español aceptable pero endeble de vocabulario, unos padres huérfanos de recursos... todo ello formando un caldo desabrido difícil de tragar para un par de niños de apenas diez y doce años. El tercero en concordia es Alberto, sobrino de Manolita, mi cuñada. A este último la escuela le resulta un calvario particular. No le gusta en absoluto y de vez en cuando se une al coro magrebí para recibir su ración de sabiduría manuelina. Su cara avinagrada lo dice todo. Para él sería una alegría si un domingo por la tarde le dijeran que su escuela había salido ardiendo. Y en el centro de la mesa, de color amarillo, el chocolate en polvo con el que se endulza la píldora del conocimiento a mitad de la clase diaria junto con unas galletas o un bizcocho.
Entre lápices, libretas, envoltorios de galletas y vasos a medio terminar se cuela la voz de Manolita entusiasta. Tan entusiasta que ha conseguido inocular el amor por la escuela a ambos hermanos que con sendas mochilas aparecen a diario en la casa para recibir su ración de amor en forma de tema de Lengua o Conocimiento del Medio. El contagio se produjo pronto. Cada día ella viene a estar con la abuela desde las seis de la tarde hasta las nueve y media de la noche. Conoció a ambos hermanos y se dió cuenta de su precaria situación en la escuela. Se ofreció a ayudarles sin compromiso y ellos aceptaron. Ella puso los medios y las normas y ellos la diligencia diaria. El primer examen aprobado se convirtió en una fiesta. Los aprobados se fueron sucediendo hasta el final de curso. Su boletín de notas dice que este curso lo han aprobado todo con buena nota. Manolita está feliz porque siempre que uno se da generosamente hay algo en el Universo que nos lo devuelve el ciento por uno.
Ahora que una parte de la sociedad rechaza con odio al extranjero, siento que el ejemplo de Manolita nos señala el buen camino. Cuando das amor estás rompiendo barreras de incomprensión. Cuando das amor sabes que quien se sienta cada día junto a ti para aprender y salir adelante nunca te olvidará porque en un momento fuiste, frente al fracaso, el ángel exterminador de la marginación.
sábado, 19 de julio de 2025
LA COMUNIDAD DE LOS CARACOLES
Goza de una inteligencia múltiple que por lo general nos pasa desapercibida. Digo múltiple y quizá debería usar otro término aún no acuñado. Las múltiples caras de la Madre Tierra nos ofrecen una prueba palpable de que algo hay en ella que rige con inteligencia el movimiento de sus especies, sean estas animales, vegetales o minerales. ¿Por qué misteriosa razón estos caracoles caminaron quién sabe desde donde para confluir todos en esta sobrecargada rama del naranjo seco? ¿Qué instinto o inteligencia común les marcó el camino? ¿Ese abigarrado mundo es una estrategia de supervivencia o más bien obedece a la necesidad que creíamos exclusiva de los mamíferos como seres sociales de vivir en comunidad? Es verdad que tal como muestra la foto, también los hay periféricos, pero son los menos. ¿Qué temperaturas podrán aguantar en el tórrido verano de El Viso? ¿Cómo no fueron a una rama verde del granado cercano o de otro naranjo vivo? Son preguntas que se quedarán sin contestar.
domingo, 6 de julio de 2025
DIOS ENTRE LOS PUCHEROS
Vino entusiasta, como es ella. Vino con un tomate en la mano. Sus manos aún olían a tomates recién pelados. "Escribe hoy sobre mi y los tomates -me dijo- sobre la maravilla de la pulpa roja que se va deshaciendo entre mis manos. Escribe sobre la maravilla de Dios en los tomates". Y un servidor, complaciente en el amor de esa sonrisa, no pudo hacer otra cosa que ponerse manos a la obra. Y aquí me tenéis, dedicándole estas palabras a Dios en el tomate por deseo de mi mujer.
Ella disfruta en la cocina, cosa que yo no consigo salvo en la preparación del arroz con verduras. La fuente que emana de ese disfrute es el amor a su familia y a sus allegados. Ella disfruta regalando amor esparcido en unas papas aliñás, en un gazpacho, en una sopa de tomate, en un pisto manchego. Ese amor se transmuta, por una alquimia indescifrable, en el sabor insuperable de sus platos. Nos comemos el amor de Guadalupe cada día en la forma más concreta, orgánica y visceral posible. El amor de Guadalupe pasa inexplicablemente por tus entrañas y te hace agradecer que el tomate sea un dios menor que la vida nos ofrece cada verano.
Yendo más adentro en la espesura, como diría el santo poeta, se advierte que no es cosa baladí elevar al tomate a la categoría de dios menor. ¿Qué cosa es un tomate sino la conjunción perfecta de una semilla, la tierra, el sol, el agua, el ciclo de la luna y los cuidados del hortelano? ¿Estamos contemplando realmente al tomate como algo individual, separado o como manifestación de lo Uno? ¿No es el tomate una expresión completa de todo el Universo? ¿No está Dios también en los tomates? Es más, ¿no será sino el mismo Dios que toma mil y una formas para enseñarnos -torpes humanos- que está tan, tan cerca de nosotros que ni nosotros somos capaces de verlo?
La miopía humana se cura con el silencio, con la contemplación. En el silencio se manifiesta la última verdad del tomate. No hay nada en el universo que esté separado del resto. Por eso a Dios no se le escapa ni un pelo que caiga de nuestra cabeza.
Dentro de un ratito tocará la liturgia de la sopa de tomate que ahora se cuece en el fuego. Ojalá y pueda contemplar cómo Dios se hace tomate a través de las manos de Guadalupe para que sigamos sosteniendo nuestras vidas alimentados por el amor de sus manos divinas.
miércoles, 2 de julio de 2025
LA SABIDURÍA DEL OLIVO
Esta mañana he quedado con Rodrigo para tomar un café y charlar un rato. Rodrigo es un artista nato, de esos que ya nacen con una guitarra, un lienzo o un lápiz en la mano. En su caso multidisciplinar lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Se le da bien escribir letras de canciones, se le da bien poner música a dichas letras y se le da bien pintar. Maestro de las tres pe: pluma, pincel y púa. Pero hay otras pes en su curriculum: la pe de paciencia (no hay más que verlo en los ensayos del coro cómo ejerce su función de director); la pe de pacífico (mucho más profunda esa que la del pacifista); la pe de perseverante y la pe de puro (en su sentido de natural, íntegro, auténtico, genuino y sencillo).
Rodrigo el autodidacta sabe mucho más que yo por mucha carrera universitaria y mucha docencia que haya ejercido a lo largo de mi vida. Me quito el sombrero con este hombre. Su curiosidad y ganas de aprender no tienen fondo. Hoy me ha enseñado su libro de letras flamencas donde reconozco su habilidad y buen oficio. Yo no habría sido capaz de hacerlo mejor. Tener amigos así es lo que me honra.
Entre el ruido de los parroquianos del bar Chichi y el del aire acondicionado era difícil seguir la conversación. Me llegó su comentario sobre la primera cualidad de un pintor, que no es otra que saber mirar...y después que salga el sol por Antequera. Pero la cualidad primordial de todo artista para él es la de ser buena persona. Lo mismo que un profesor lo primero que hace en el aula es enseñarse a sí mismo, el artista también se enseña a sí mismo y lo que es, aflora en su arte irremediablemente. Por eso hay artistas de primerísimo orden que a pesar de su calidad, no llegan al público y sin embargo otros -decía- no tan dotados por las musas merecen el favor del respetable.
Saber mirar es plena consciencia, mindfulness. Quien sabe ver profundamente es porque está concentrado en el acto de mirar sin que le distraigan otros pensamientos. Un naranjo eleva sus ramas, salvo que esté cargado de fruta pero el olivo tiende a que sus ramas aflojen -contaba-. Y entonces me sorprendió con esta perla: las hojas del olivo no están de cara al sol en verano, tienden al sesgo para evitar la evaporación de las hojas. Por eso el olivo no es bueno para dar sombra. La hoja del olivo no da la cara al sol sino el canto y es tan pequeña por lo mismo. Eso le permite sobrevivir con escasa agua y no agostarse.
¿Quién dijo que no hay una profunda sabiduría en la madre Tierra, incluso en un simple olivo?
Me pareció sorprendente la sabiduría del olivo y la capacidad de observación de los hombres del campo. El silencio del sabio es también saber ponerse de perfil ante la estupidez del mundo. La hoja del olivo, gracias a Rodrigo, me ha dado una lección esta mañana. ¡Qué buena maestra es la madre Naturaleza!