Hace pocos días cumplí 66 años. Me pareció divertido darle la vuelta a los dos números y convertirlos en unas gafas con sus correspondientes patillas. Así, tengo la oportunidad de tener unas nuevas gafas con las que ver la vida de otra manera. La visión oftalmológica del 66 la imagino como una entrada en el umbral de una sabiduría hasta hoy velada. Estas gafas me dicen que no sirve mirar con las antiguas. Debo estar muy atento y no traicionar el regalo que se me hace. Los once fueron el preámbulo de la adolescencia, los veintidós la entrada en la juventud, los treinta y tres el paso al mundo adulto. Cuarenta y cuatro y cincuenta y cinco las etapas de madurez y los sesenta y seis la apertura -espero que definitiva- al anhelo de una visión más profunda.
En el budismo se habla de la verdad histórica o relativa y de la verdad última o realidad última. Es la teoría de la doble verdad. Quedarnos solo con una de ellas es sostener una visión parcial y sesgada. Ambas son verdad, ambas son necesarias, pero negar una sin comprender y aceptar la otra nos limita a unas gafas de miope mal graduadas. En la realidad histórica somos entes separados, todos los seres tienen su propia identidad separada y no nos confundimos. Es, como dice el refrán "Al pan,pan y al vino,vino"; Pero en la realidad última no hay separación porque toda separación es ilusoria. Pan y vino comparten una identidad común al estar vacíos. ¿Vacios de qué? De una esencia o entidad individual. En la hoja de un árbol está el universo entero. Sin la luz, el agua, la tierra esa hoja no podría haberse manifestado. Conque una sola de las condiciones desaparezca, desaparece esa manifestación llamada hoja. Yo estoy hecho de todo lo demás, no tengo una entidad separada del resto. No es difícil tener una comprensión intelectual de esta verdad...pero otra cosa es vivir esa verdad, haberse dado cuenta desde lo más profundo. El velo de Maya cae y se nos muestra la realidad última, donde la ignorancia, el miedo y el yo como un ser separado se ven como meras ilusiones. Ahora con estas gafas voy a procurar afinar la mirada y poner todo de mi parte para que esta verdad última se revele por sí sola.
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