domingo, 22 de septiembre de 2024

LA SIESTA ESPAÑOLA SE RIE DEL SUEÑO AMERICANO


La frase tiene más profundidad de la que parece a primera vista. Frente a la competitividad, el estrés, la explotación de recursos que supone realizar el sueño americano de hacerse rico y triunfar, se contrapone la siesta española, también llamada yoga andaluz. Sus virtudes van en la dirección opuesta. Evoca el bien vivir, el disfrute de lo que la vida nos trae sin correr detrás como el burro tras la zanahoria. Es un antiestrés que en su justa medida repone fuerzas y nos trae optimismo. 

Otra frase sugiere lo mismo: "Hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar". Es una sabiduría antigua, impropia de los pueblos bárbaros. En ambas se destilan siglos de vida mediterránea, de cultura griega y civilización agrícola. El sueño americano produce monstruos, como los grabados de Goya. El sueño americano es la pesadilla de la Revolución Industrial que en el Nuevo Continente adquirió sus defectos más notables. El problema está en que cada vez son menos los adeptos de la siesta en nuestro Occidente y más los atrapados por el señuelo americano, con las graves implicaciones que ello conlleva, como el cambio climático, la deshumanización de las relaciones, la falta de empatía y solidaridad, la incapacidad de reconocer las maravillas de la madre Tierra y de saber que ella no es un pastel inagotable e insensible.

Creo que debemos enarbolar la bandera de la siesta española como icono y emblema contestatario. Hoy el debate cada vez se centra más en la supervivencia de las especies, incluida la humana. 

El sueño americano produce monstruos, como los cuadros de Goya. Acabemos con la pesadilla.


 

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