jueves, 4 de agosto de 2022

HABLA AMOROSA Y ESCUCHA PROFUNDA

 


HABLA AMOROSA Y ESCUCHA PROFUNDA



Muchos jóvenes, que no han conocido la dictadura de Franco y siempre han vivido en esta democracia que ha entrado en una peligrosa pendiente de desprestigio de cuya responsabilidad cabe señalarnos a todos pero en mayor medida a nuestros políticos, digo, muchos jóvenes empiezan a ver atractiva la figura de un gobierno autoritario cuando no manifiestamente dictatorial ante la falta de escrúpulos y sensibilidad de la democracia hacia los problemas reales tanto de los jóvenes como del resto de ciudadanos y del medio ambiente. Juventud sin futuro y en paro comienza a acariciar la idea de que, hartos de una política mezquina y zafia, una dictadura sería el remedio para encauzar el país hacia un futuro posible, pues el presente lo ven imposible. Así, esta dictadura resolvería, según ellos, el problema del paro juvenil, acabaría con el marrullero circo político y afrontaría retos como el cambio climático que tan preocupante se vuelve de día en día.

Mi generación, que no vivió los años duros del franquismo pero que escuchó de boca directa de sus padres las atrocidades cometidas tras la guerra, fue una generación convencida de que la democracia traería un pan bajo el brazo que acabaría con el secular cainismo de nuestro país.

La lección de nuestros padres nos llegó de forma directa, ellos habían padecido el régimen dictatorial con todas sus consecuencias y de ellos aprendimos nosotros a rechazarlo con todas nuestras fuerzas.

Sin embargo estos jóvenes, que ahora están en torno a los quince o veinte años, no han tenido la suerte de escuchar de sus abuelos lo que nosotros escuchamos de nuestros padres y por ende han aterrizado en una democracia en horas bajas.

A mi se me ponen las orejillas de punta cuando les veo sonreir ante la perspectiva de un mesías salvador (de nuevo la misma cantinela) que regenere España...pero he de reconocer que les estamos dando suficientes motivos para que piensen así. En este país es difícil, si no imposible, que un político escuche a otro y menos aún que se acepte una propuesta del contrario como buena. Y me pregunto...¿ Y si hubiéramos sido educados desde la escuela en la práctica de la escucha profunda y el habla amorosa? Esta no es una práctica exclusiva para las sanghas, es más, creo que es la joya de las prácticas del budismo comprometido. Thay debió madurarla durante el conflicto de Vietnam, cuando los bandos eran también irreconciliables.

Cada día valoro más el regalo que nos ofreció Thay y pienso que en nuestras sanghas debemos seguir su ejemplo y llevar a nuestras familias y relaciones cercanas esta práctica absolutamente laica y que por tanto puede ser asumida por todos. La escuela y la familia son los lugares idóneos para aprender a practicarla.

A propósito...a los educadores tampoco nos vendría nada mal ponerla en acción en nuestra labor docente. Este es un reto para todas nuestras sanghas también. De saber hacer buen uso del habla amorosa y la escucha profunda depende nuestro futuro como practicantes en comunidad. Una sangha mal avenida, con críticas soterradas, habladurías, falta de comprensión y de escucha tiene los días contados.

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